El señor Miyagi...

Estaba en medio de la carretera (afortunadamente el tráfico era escaso). Camiseta roja, pantalón corto y calcetas hasta arriba... La mano en la frente oteando el horizonte... como si estuviera plantado, más bien, en medio de una sabana africana que en Madrid... Seguro que sus ojos alcanzaban, como mucho, la pared de ladrillos del edificio de enfrente, pero él seguía oteando tenazmente... Me llamó la atención y me quedé mirando...

Entonces se dio la vuelta y me vio... Como impulsado por un resorte, echo a andar hacia a mi con un paso tipo Chiquito de la Calzada pero con los brazos pegador al cuerpo... Vamos, que me llega a decir “Jarlll” guiñándome uno de sus ojos rasgados y no me hubiera sorprendido na...

Se paró delante y lo primero, me hace una reverencia que casi se parte en dos:
- Buenos días... (Menos mal, me llega a decir “dal cela pulil cela” y no veas...)
Yo, miré hacia atrás, pensando que había alguien más, pero ni un alma pasaba por allí en ese momento...
-Buenos días- respondí sorprendida (más por la reverencia que otra cosa)
- Yo quiero ir al centro... En coche- Agita las llaves y hace otra reverencia...
- Me parece muy bien!!- Yo ahí, sonriendo amablemente...
- ¿Cómo?!- me dice poniendo una cara de estar pensando “Esta lerda de dónde ha salido” pero eso sí, siempre sonriendo...
- Ah coño claro, cómo... Vale, vale, (déjame centrarme) ¿Al centro? ¿A qué parte del centro exactamente?
- Plaza de España... Atocha... (reverencia)- vamos, una al lado de la otra... Yo le explico Atocha que es más fácil desde aquí...
- Vale... Sale usted hacia...bla bla bla (reverencia) Después coge tal carretera (más reverencias) y sigue los carteles que ponga tal cosa... (reverencia, joder con las reverencias pero si no ve dónde estoy señalando!!!) y luego ya verá los carteles que ponen Atocha... (reverencia)

Cuando sentí un ligero tironcillo en la espalda, me dí cuenta que yo estaba también haciendo reverencias, como poseída por el espíritu Nipón... Debíamos estar dignos pa inmortalizar la imagen... y a mí empezó a entrarme la risa... pero había entrado en un bucle del que no podía salir...

- Recuerde (reverencia mía) gire a la izquierda y luego a la derecha (reverencia por mi parte contestada con otra por la suya, aquello era ya un pique en plan “Yo más!!”) luego siga las indicaciones...
- Gracias (reverencia) gracias (yo más)
- De na- (reverencia) ¿Estos japoneses no tienen lumbalgias? Porque yo ya no sé si mi espalda es una escuadra o un cartabón...
- Mucha suerte (reverencia)
- (La voy a necesitar pa poder poner la espalda derecha) Gracias
- Adiós (reverencia)
- Hasta luego (reverencia)

No sé si llegaría el hombre a buen puerto pero yo he necesitado dos días pa poner la espalda en su sitio... Pero quién me mandará a mí picarme a reverencias con un Nipón!!... Si es que estoy de un friki...
Mira que es duro ser japonés!!!

Seguiré buscando...

No resultó del todo... aunque también tuvo sus ventajas... Me fui a la sierra en busca de silencio... Con la sana intención de recorrer sus senderos serpenteantes, entre pinos, piedras y riachuelos... y na... que todos los domingueros madrileños (y adoptados, like me) estaban allí, junto al río... Con sus bañadores, sus toallas, sus neveras, sus tortillas, sus bocatas, sus mesitas plegables y hasta su baraja de cartas llevaban algunos... Y, como no, ese griterío incesante del que yo iba huyendo...

Hicimos una rutilla de 15 Km (sí, con la que estaba cayendo) que iba en su mayor parte paralela al río, aunque nosotras no sabíamos que había río (somos unas pardillas en esto e íbamos con libro en mano, sin haberlo leído previamente, y sobre la marcha)... Como íbamos de senderistas y no de “domingueras” pues no llevábamos bañador... y quién se resistía a pegarse un baño en aquellas pozas fresquitas con el calor que hacía... Así que, en bragas y a lo loco, nos lanzamos al agua cada vez que el calor apretaba... Menos mal que no llevaba las bragas de cuello vuelto que si no me echan del río por antiestética... jajajaja

La verdad es que silencio no encontré demasiado pero unas risas si nos echamos...

Cambiando de tema tengo el blog un poco dejaó de la mano... Pero es que el calor produce dos efectos opuestos en mí... Me aletarga y me hiperactiva al mismo tiempo... Así que o estoy echándome unas siestas cojonudas o haciendo mil actividades diferentes... No me puedo quejar, no estoy de vacaciones pero sí estoy disfrutando en la medida de lo posible... Es lo que tiene el verano... Ya llegará la época de hibernar jejej

¿Dónde se esconde el Silencio?...

Cuando vivía en Murcia, a menudo me tocaba trabajar entre huertos (que no en los huertos) mientras me desplazaba de un sitio a otro... Montones de veces he parado la moto entre limoneros por el simple placer de no escuchar nada...
O me he escapado a la Cresta del Gallo, a ver el mar en días claros... y a perderme durante horas por su Paisaje Lunar, yermo... plagado de áridas subidas y bajadas salpicadas por algún que otro pino... dónde la sensación de libertad era tal que más de una vez acabe semidesnuda correteando por el monte cual salvaje... Era joven e insensata, lo sé, pero aquella soledad me hacía estar profundamente unida a esa tierra pseudo desierta... Era como emborracharse de silencio... Era dejar la mente en blanco y dejarte guiar por tus propios pasos...
El otro día bajé a los chuchos a la calle a las tantas... y el silencio me pilló por sorpresa (Madrid nunca duerme)... Lo recibí con añoranza y alivio... y recordé que, en Murcia, solo me bastaba alejarme un par de kilómetros en bici para no escuchar nada... O para el motor de la moto entre aquellos limoneros muy cerca de la ciudad...

Y es curioso porque he tardado más de 4 años en darme cuenta de que echo de menos el silencio... Echo de menos eso de tener a mano un sitio tranquilo dónde no se escuche, ni remotamente, la carretera y su infernal ruido, ni siquiera de lejos... Dónde no se escuchen niños gritando a todas horas... Dónde no se escuche nada...

¿Dónde se esconde el silencio en esta puñetera ciudad?

Hoy un libro... “Niñas Malas”

Tengo taaanto calor que no soy capaz de concentrarme en escribir una entrada “decente”, así que pa no estrujarme mucho las neuronas os hablaré del último libro que he leído...

Este fue una de las adquisiciones de la Feria del Libro de este año... Es el primer libro de Marta Fernández-Muro... Un libro de relatos cortos que me ha sorprendido bastante por su estilo directo y sencillo...

Me ha sabido a poco (estoy acostumbrada a sumergirme en tochos gordos de un montón de páginas) y me sorprendió encontrarme tan rápido con la página en blanco que indicaba el final del libro... Apenas me duró un tercio del viaje Madrid-Murcia... Una pena, porque ya estaba totalmente entregada a esos relatos...

Ahora estoy pensando en empezar la trilogía “Millenium”... Miedo me da, y no porque sean tres libros enormes (que me encanta) sino porque sé que en cuanto la empiece voy a estar desaparecida del mundo hasta que la termine...

Adicta que es una... jeje

Lecciones...

Empecé a oírlo hablar en cuanto bajé del coche, aunque solo me llegaba el parloteo pseudo infantil y no estaba prestando atención... Tendría unos 11 o 12 años y estaba en el campo de fútbol... Hablaba con la chulería y el vacile que se gastan algunos preadolescentes en cuanto se saben superiores en una disciplina al que tienen enfrente...

Cuando miré hacía allí, el chico recogía el balón y se dirigía a la portería, mientras le lanzaba el balón a alguien:

- Chuta! Chuta! - decía, y se le escapaba en la voz la seguridad del que sabe que no va a fallar...

Tan concentrada estaba en el chico que casi me pierdo el momento estelar, pero levanté la vista, justo a tiempo, para ver que quién recogía el balón era una señora. No sería capaz de precisar su edad porque estaba algo lejos (y una es corta de vista) pero iba equipada con una falda de flores y una camisa, no le vi los zapatos pero podría jurar que no eran unas botas de fútbol...

En ese preciso instante, la señora, paró el balón con el pie. Agilmente (con la limitada agilidad que da el mencionado atuendo y una cierta edad) metió el pie debajo y levantó el balón con el impulso justo...

Este paso volando, a velocidad de crucero, por encima de la cabeza del crío, estrellándose en la red, ante mi atónita mirada y el estupefacto chaval, que solo pudo decir (derrotado) “Jooooé abuela!!”

No pude hacer otra cosa que sonreír (Hubiera aplaudido pero el chaval ya tenía, creo, el orgullo bastante herido) y no sé si el crío aprendió la lección pero yo sí... Jamás subestimes a tu adversario por débil que parezca... puede tener un as en la manga... Y en este caso el as fue una vaselina digna del mejor futbolista de la historia...

Búsquedas infructuosas...

Va un@ tan feliz por la red buscando algo (que a nadie le importa, dicho sea de paso) y encuentra cosas tan inverosímiles y diametralmente opuestas a lo que busca (como este blog, por poner un ejemplo jeje) que a veces, más de un@ debe quedarse con los ojos como platos... ¿Y qué ocurre entonces? Que un contador de visitas chivato y una propietaria del blog bocazas, se encargan de publicar a los 4 vientos esa búsqueda anónima, personal, e intransferible... y encima se atreve a comentarlas... Hay que joderse!!

Estas son algunas de las perlas que la gente buscaba cuando me encontró a mí jajajaja

Qué significa el sol que sale al lado del muñequito del messenger estrellita amarilla (Hace siglos que no uso el messenger, probablemente signifique que estamos en verano, así, pa no calentarme mucho la cabeza que ya bastante me la calienta el sol)

Secuencia de los latidos (Esto me suena a película de médicos total)

Regalos de sesión de belleza (Este si que se tuvo que quedar a cuadros cuando vio lo que había encontrado jajaj)

Puntos de tetas (No entiendo por qué... debería remitirlo a otros blogs que las nombran más que yo jajaja)

Latido en el cuerpo (Este también suena a peli... porno)

Lesbianas tijeras buenorras (Ay madre!!! Sin comentarios)

Fotos de tias follas en orilla de playa (Como sea el mismo de antes me debe odiar jajaja)

Te veo las bragas (Huy! Espera que me bajo la falda jajaja)

Chuchos peludos caseros (Mande???)

Como logro que mis ojos se vean expresivos (Siempre he querido decir esto “Espera que saco el maletín de la Señorita Pepis!!!”)

Puntos mortales del cuerpo humano (Reconozco que este me ha dao miedito)

Sigues con vida EN INGLES (Sí, mis ingles aun guardan muuucha vida, por si lo dudabas jajaja)

Mi novio me dio un masaje en el pie (¿Y te gustó?)

Persecución de un detective (A este lo juntas con los puntos mortales del cuerpo humano y ya te cagas)

Bici torrot (Bici vale, pero... ¿por qué Torrot? Si yo tenía una BH!!!)

Por qué tener manos expresivas (Porque si no expresas con las manos na de na, eres como una muñeca de cera)

Me he quedado sin novio (Jamía... pues búscate una novia que seguro que la experiencia te enriquece bastante)

Puntos en lencería (Coño, estos son El Travelclub de las bragas o ¿qué? jajaja)


Estos son solo algunos ejemplos... aunque afortunadamente para mí, es más la gente que me encuentra porque me busca que la que me encuentra sin buscarme, aunque tengo que decir que me parto, en general, con algunas búsquedas...

Y a ti... ¿Por qué te encuentran?

Ella es una mala influencia, está claro...

Tras un mes (casi) sin ir al gimnasio, y aprovechando la vuelta al cole (al curro, que más da) me dispongo a volver al gimnasio. Ella también pero nos disponemos por separado, ya que no solemos coincidir en los horarios (afortunadamente para mis lorcicas)

Yo necesito un proceso mental previo de días... “Tal día empiezo”, “Tal día empiezo”, “Tal día empiezo” porque después de un parón me cuesta arrancar bastante... Pero una vez realizada la mentalización previa y llegado el día D, mejor que no piense y actúe directamente, porque si me paro un instante a pensar encuentro una excusa...

Y ahí estoy el dichoso día D, pa allá y pa acá, con mi mochila prepará... y da la casualidad que ella llega temprano de trabajar (se nota que es Agosto y el jefe está casi de vacaciones eh?) y me dice mientras comemos que viene conmigo...

Ella se va un ratito a leer mientas yo me quedo en el ordenador... No quiero ni pensar en acercarme a la cama, ese poderoso imán que en las tardes de Agosto tira irresistiblemente de mi cuerpo hacia ella... Y estoy segurísima de que lo conseguiré cuando escucho...

-Por fiiiii (voz zalamera) ¿Me puedes traer agua??

Y me acerco a la cama despacio, con el agua en la mano (ya flaqueando) y ella, que se ha colocado estratégicamente en el mismo centro de la cama, cual trozo de queso en una ratonera... me suelta a bocajarro su frase mágica...

-¿Por qué no vamos al gimnasio mañana?... Anda ven aquí...

Y yo es que soy mu floja... y siempre caigo en su trampa irremediablemente...

Ciclos...

La vida son ciclos... (Ya lo decía El Rey Leon jeje)

Y como todo, las relaciones humanas se rigen por ciclos, cuya duración depende de múltiples variables... Cada uno de estos ciclos pasa por diferentes etapas que consolidan y fortalecen la relación o la deterioran, enfrían y terminan con ella...

Hay ciclos largos y cortos... algunos no exceden de un día... otros traspasan las barreras de la propia vida...

Cualquier relación entre personas (o incluso entre grupos) exige un esfuerzo, que, a veces no es tal, a cambio de unos beneficios, como cualquier intercambio

Establecer vínculos es saludable y recomendable. Pero también hay que saber superar etapas y cerrar ciclos cuando estos han agotado su tiempo... A veces esto ocurre simultáneamente para todos los miembros implicados y simplemente las cosas se enfrían poco a poco (Este es el proceso indoloro)... otras (la mayoría) no (Este es el proceso doloroso, insatisfactorio o, incluso, incómodo, dependiendo del tipo de relación que sea) con lo que se debe iniciar por una (o varias) de las partes un proceso de readaptación...

Por otro lado, mantener todas las relaciones establecidas a lo largo de la vida es imposible y requiere demasiados recursos... por eso siempre nos vemos “obligados” a elegir, o simplemente unos ciclos se cierran, de forma natural, para que otros puedan abrirse...

Tratar de llevar una relación más allá, una vez que el ciclo ha terminado es inútil, demanda una cantidad de energía excesiva y es una pérdida de tiempo... Así que lo mejor que podemos hacer es saludar con la mano y guardar como un tesoro todo lo que hemos ganado o aprendido con el intercambio...

Y ya, después de esta filosofía barata, solo me falta la (petarda) banda sonora jeje