Es ponernos detrás de un volante y sufrir una transformación...

La carretera nos vuelve agresiv@s... Es así. Hay gente (esto es mucho generalizar, empezando por mi, of course) que se monta en un coche y se le va la olla... Como si ir encerrad@ entre unos cuantos cristales y un poco de chapa fuera a protegerte de todos los males mundiales... Porque a ver qué list@ se planta delante de alguien y le grita en la cara “¡¡Gilipollass!!” Así por las buenas... Nadie (bueno, muy poco@s y echándole valor)... Pero si vas en tu coche la cosa cambia y si te hacen alguna trastada le dices eso y más...

Lo mío es peor... porque yo no tengo ni unos míseros cristales que me protejan y suelto adrenalina que no veas en determinadas ocasiones... Aun a riesgo de que me partan la cara...

Situación uno: Llevaba poco tiempo en Madrid. Estaba parada en un semáforo junto a otros 5 moteros. Cuando el semáforo se puso en verde salimos disparados, al mismo tiempo que un cenutrio se saltaba el semáforo de la calle que cruzábamos. Lo vi venir. Frené, bueno, frenamos todos o nos lo comíamos, y yo rauda y veloz eché mano al pito. Piiiiiiiiiiiiiiii

Y un grito resonó en toda la calle: "Hijaaaaa de putaaaaaaaaaa!!!!!"

“Será capullo!!!” Pensé pero no le dije na... hasta que lo vi parar justo un poco más adelante, entonces aproveché su descuido, su ventanilla abierta y cuando pasé por su lado, despacito y a menos de tres palmos de su oreja, le grité “Tonto’l capullo!!!” (Frase típica murciana jajaja) Y aceleré, vamos, huí... Y es que el tío era un macarra de los buenos, lo escuché chirriar ruedas detrás de mí y afortunadamente 4 de los 5 moteros que me acompañaban se interpusieron entre él y yo y pude escabullirme en una calle en obras por donde él no podía pasar... Los otros me dijeron que estaba loca, que me iban a partir la cara un día... pero yo me quedé taaaan a gusto...

Luego está la otra cara de la moneda... Cuando metes la pata hasta el fondo...

Situación dos: Calle empiná (He dicho calle ¿eh?) Empinadísima... de esas cuestas que tienes que coger carrerilla pa poder subirla... No he hecho más que entrar en ella cuando veo un coche bajando la cuesta, en punto muerto y marcha atrás (es dirección única). Me obliga a frenar hasta pararme, perdiendo la ventaja para la subida y cuando llega a mi altura... Le hago un gesto llevándome un dedo a la cabeza... ¿Estás loco? (Yo ahí, pará y a pecho descubierto, con un par) Con el reflejo del cristal no veía a los ocupantes del coche.
Entonces se abre la ventanilla y veo... Tres abuelas (sus 70 años cumplidos y sus 80-90 kilos bien pertrechados) y una chica al volante que empieza a decirme algo... Con el casco y el ruido de la moto no escuchaba na y traté de acercar un poco la moto... La abuela del asiento del copiloto empezó a subir la ventanilla rápidamente (¿Tan mala pinta tengo? jeje)... pero la chica la detuvo... Levantó más la voz y pacientemente me dijo... “Es que no me sube el coche la cuesta” Y yo pensé... “Coño, no me extraña con semejante cargamento”, a la vez que pensaba “Tierra trágame!!!” Arrepintiéndome inmediatamente de mi primer arrebato...

Y es que a veces en mejor pararse a ver por qué la gente hace lo que hace... Tiempo de soltar lindezas siempre hay... Si son merecidas te quedas en la gloria y si no hay un motivo, se queda una más a gusto cuando ha tenido un poco de paciencia...

En la carretera... La paciencia es la clave... y no, no lo dice la DGT... Lo digo yo...