¿Piropos?

Siempre he sido bastante canija... No solo porque mido poco más de metro y medio sino porque sin estar extremadamente delgada, lo estaba lo suficiente para que me tuviera que meter piedras en los bolsillos si hacía viento...

Pero... creo que la edad está haciendo que los kilos avancen inexorablemente por mi cuerpo... supongo que debido al trabajo sedentario, en parte, y a que debo ser la única persona en el mundo que engorda cuando va al gimnasio... (La gente matándose a hacer abdominales para conseguir un abdomen que parezca una tableta de chocolate... y yo... dale que te pego, y lo que estoy criando, en mi abdomen, es... ¡¡¡¡Un Huevo Kinder!!!!)

Así que no paro de quejarme, aunque sé que no estoy gorda, de esta pancica mía, que no es cervecera porque no me gusta la cerveza, y le vuelvo la cabeza loca a Bimbolla (y a cualquiera que quiera escucharme) con el tema... y no paro de decirle... “Yo antes, miraba pa abajo y me lo veía... ahora no... eso es preocupante ¿no?” Ni que decir tiene que ella se descojona a mi costa...

Claro, ayuda, que cada vez que voy a casa, mi madre, para la que todo lo que sea menos de 70 kilos es anorexia pura y dura, me diga:

Mama: Hija, te veo muy bien... te sienta bien Madrid... Parece que estás un poco más “repuesta”...
Yo: Mama... (voz de pánico) ¿Qué coño significa repuesta?

Así que Bimbolla ha decidido que en vez de quejarme tanto tengo que hacer algo... y me ha puesto a régimen (Un mes!!)... Ays, el primero de mi vida... Y me ha quitado el Cola cao (diooos, si yo me lo inyectaba por vena en cantidades industriales y ahora solo me deja tomar por la mañana uno), la Coca-cola (que también me la inyectaba por vena, reducida al fin de semana solamente) y me tiene a base de ensaladas, pechuga de pavo y fruta... (El del súper de al lado del curro cada vez que entro se parte porque me llevo las piezas de fruta de dos en dos... pa merendar)

Llevo una semana y media... y tengo que decir que el huevo kinder se ha reducido un poquico, y me he animado... y voy toda orgullosa por la calle, mirándome atentamente la panza en los escaparates para ver la evolución descendente... Hasta que...

Ayer. Cinco de la tarde. Izel se escapa del curro a hacer un recaíto, y cuando vuelve se dispone a cruzar la calle por el paso de cebra... Una furgoneta, con el semáforo ámbar intermitente espera, pacientemente, a que cruce y justo cuando la he rebasado y se pone en marcha se oye una voz que dice... “Neeenaaaa, qué pedazo de culo tienes!!!”

¡¡¡La madre que me parió!!! Esto es como la teoría de los vasos comunicantes... Lo que me está adelgazando la panza se me está pasando al culo!!!

Si pretendía ser un piropo, como “piropeador”, tiene menos futuro que Leonardo Dantés en el mundo de la música... pero al menos he salido mejor parada que una amiga mía, a la que le dijeron una vez... “Estás más buena que una panzá a cagar”(léase con acento panocho) Si pretendía joderme... casi lo consigue... pero mi autoestima está en cotas aceptables y me hubiera encantao tenerlo más cerca pa contestarle alguna burrada de las mías, que yo si me pongo, me pongo...

Y es que algunos, antes de piropear, deberían meterse la lengua en el culo y contar hasta diez... y si después le quedan ganas... que piropee...

Pero... ¿Será verdad lo de los vasos comunicantes? Ays...