Mi jefa

Debo ser la única (o de las pocas) que se lleva bien con su jefa...

Ella llegó a la oficina dónde estamos tres días después que yo... eso sí, llegó látigo en mano, recién estrenada como jefa y dispuesta a que ninguno nos subiéramos a las sus barbas... un hueso duro de pelar... Conmigo no descargó demasiado porque aun era una pardilla (como si no lo siguiera siendo) y estaba en proceso de aprendizaje... pero a más de uno lo puso firme...

No sé cómo, pero hicimos muy buenas migas, y yo, que, aunque algo tímida al principio, me transformo cuando cojo confianza... no tardé en empezar a meterme con ella y con su época latiguera... Supongo que le caí bien, aparte de no darle demasiados problemas... y eso me permitió y me sigue permitiendo hacer muchas cosas que otros no podrían... Vale, sí... hago lo que me da la gana...

Yo le veo un punto bollo, aunque no sé explicar por qué (y que conste que no me da ni un poquico de morbo) aunque está casada y tiene dos hijos... Pero, claro, se me olvida que mi “gaydar” anda un poco estropeado últimamente...

Ayer recibió una buena noticia... y es que (aunque parezca increíble) ha recibido el reconocimiento a su trabajo después de casi dos años... aunque eso implica que puedan trasladarla a otro sitio y manden otro jefe petardo que me putee (con lo bien que estoy así) Ella dice que me lleva, con ella, dónde vaya... pero no sé si podrá hacerlo... y ni si a mí, me apetecerá irme...

Pero pase lo que pase... me alegro por ella...