La conquista de los sentidos...

Te veo llegar. Mis ojos vigilan, en silencio, cada movimiento.Te estudian. Arden con cada gesto. Con cada curva que recorren de tu cuerpo. Se cruzan en una mirada infinita con los tuyos y siento como la victoria cae de tu lado con cada mirada. Sonries iluminando mis ojos... Vista conquistada.

Te oigo. No es lo que dices sino cómo lo dices. El ritmo, la modulación, el tono, la cadencia... A veces susurras... arma destructora que somete mi oido al mágico influjo de tu música... Oido conquistado.

Te acercas. Demasiado, tal vez... creo que perderé también esta batalla. No puedo evitar acercar mi nariz a tu cuello y respirarte. Hueles a brisa fresca, a plenitud, a deseo contenido. Me desarmas. Tiemblo... Olfato conquistado.

Eres consciente de que estás ganando y acercas tus labios a los mios. Me besas. Con suavidad extrema. No me conformo y recorro con mis labios otros espacios... Sabes a la sal que alegra mis noches... Gusto conquistado.

No me voy a dejar vencer sin luchar... Y en un último intento por darle la vuelta a este enfrentamiento desigual, apoyo mis manos en tus caderas. Me estremezco. Tus manos están ya recorriendo mis nalgas. Acelero por las curvas de tu cintura y derrapo por tu espalda... Pero tú eres más rápida... y mientras yo me entretengo jugando con tu ombligo... tus manos agarran mi pecho incendiandolo todo. Me abandono... Tacto conquistado.

Y acabo exhausta, derrotada, rendida, vencida en todos los frentes, prisionera de guerra entre tus brazos...

Sonrio... quizá, la batalla de la seducción sea la única que merezca la pena perder... una y otra vez.