La huelga de transportistas o la tercera guerra mundial…

Es lo que tienen las huelgas de transportistas… que dicen en la tele que al final de la semana escasearan determinados tipos de alimentos y gasolina y desatan la histeria colectiva… Igualito que si acabara de empezar la tercera guerra mundial… Y claro… a nosotras que hemos estado este fin de semana fuera y que ya nos encargamos, antes de irnos, de dejar el frigorífico tan pelao que se hubiera estrellao un ratón de haber intentado conseguir comida… nos ha pillao “en bragas” hablando mal y pronto… Y no hemos tenido más remedio que ir a hacer la compra junto a la marabunta humana que había hoy en las tiendas y centros comerciales…

Cuando estábamos a unos tres kilómetros del centro comercial empiezan las retenciones… afortunadamente Bimbolla ha sido hábil y ha vuelto a salir a la carretera antes de quedarse atrapada en la vorágine-consumista-histérica del momento… Y nos hemos dedicado a buscar un supermercado, una tienda… algo!! Que estuviese menos concurrido… No sin pasar por unas cuantas gasolineras atestadas de coches y algunas ya sin suministro de gasoil (y solo es el primer día)

Al final hemos encontrado uno que estaba hasta la bola de gente pero en el que hemos podido aparcar a una manzana, no a cinco…

Mi cara era un poema al entrar y ver muchas estanterías y expositores vacíos… Esto es el “acabose”!!!

Yo me contagio en dos segundos de la histeria colectiva y me he visto a mi misma (como desde fuera) empujando el carro, esquivando gente y mirando con recelo a los posibles compradores de los mismos productos que yo… Bimbolla solo atinaba a decir “Esto es increíble” (mientras hacía acopio de unas cervecitas por si se acababan)

He acabado compitiendo con una maruja, las dos, carrito en mano, con cara de velocidad y surcando el pasillo a todo trapo por la última caja de leche… Tropezando con un montón de gente desorientada porque el expositor de la carne estaba vacío… Sorprendentemente el del papel higiénico estaba vacío también y eso que no se come…

Hemos tardado el doble de tiempo en comprar que otras veces… eso sí, a pesar de la vorágine-consumista-histérica no hemos comprado más que lo necesario… Veremos si al final de la semana no acabamos comiendo bocatas de atún como locas…

Y yo, aun no he llenado el deposito de gasolina… miedo me da asomar el morro por la gasolinera y que me digan que no queda 95… Y encima a 9 de Junio y con chaqueta… ¡¡¡Qué tiempos más raros vivimos!!!