Encuentros en la tercera fase (motera)...

Últimamente ando un poco despistada con la moto, parece ser... El otro día casi me llevo pa’lante a una mujer en un paso de cebra... Afortunadamente, no pasó nada y la única consecuencia de mi despiste fue un kilo de miradas airadas de la mujer (pobrecilla qué susto se llevó) y de todos los peatones que estaban cerca... Menos mal que a nadie se le ocurrió abrir la boca, que a eso se apunta to el mundo rápidamente, porque me hubieran puesto a caldo entre todos... y eran muchos...
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Reconozco que voy a un gimnasio algo pijo... bueno, bastante pijo... Ayer cuando llegaba con la moto había cola de coches para entrar (hay una barrera en el aparcamiento)...Pero yo llevo moto... No hago colas... y no hubiera habido problemas si la pija, rubia platino del cochazo que estaba ya en la barrera no se hubiera tirado dos horas buscando la llave en el bolso (que debía ser el de Mary Popins, por lo menos) Encontró la llave al mismo tiempo que se agotó mi paciencia... y decidí pasar por un lado del coche mientras ella decidía si abría o no (La moto no necesita que la barrera esté abierta, cabe por el lado). La barrera tiene un sensor que cuando pasas se baja, y claro, ella acababa de darle a la llave cuando pasé yo... Consecuencia: La barrera se cerró justo cuando ella aceleraba... Yo, que estaba ya de espaldas, oí una pitorrá kilométrica, pero al no escuchar ningún ruido más respiré aliviada, al menos la barrera no le chafó el cochazo... Pero claro... ya la había vuelto a liar y la rubia vino a cantarme las cuarenta... Me dió cuatro gritos y se largó... y menos mal que no me la encontré en el vestuario porque me mata... Razón tenía, lo que é, é...

Al salir del gimnasio me habían aparcado una moto al lado, que era el triple que la mía... y un hombre se estaba preparando pa montarse en ella, y, claro, como tener moto, igual que tener perro, te hermana inevitablemente con el resto de la gente que comparte “eso” contigo... se dan conversaciones surrealistas como está... Me preguntó (bueno me pasmó porque con esa voz entre ronca y desgarrá, como cuando el padrino dice “la familia es la familia”):

Él: ¿Tú también eres aficionada? (Mientras me miraba inquisitivamente...)
Yo: No tanto... en realidad, yo solo la uso pa ir a trabajar, fuera de los desplazamientos necesarios apenas la cojo...
Él: Yo sí... La cojo para cambiar de vida... porque esta ciudad es una mierda, da asco... Me ayuda a escaparme de todo y es la única manera de vivir un poco... (qué drástico)
A mí me gustaría irme a vivir a la playa, tener un quad y una moto de agua... eso si es vida y no esta mierda aquí no se puede vivir...
Yo: Pues anda que yo que soy de cerca de la costa y me vine pa acá...
Él: (Interrumpiéndome) Yo he vivido 20 años en Benidorm, y no hay color, aunque digan que hay por allí muchos paletos (lo siento si hay alguien de Benidorm, lo dijo él) lo prefiero un millón de veces a esta mierda de ciudad... Demasiados malos hay por aquí... (¿de qué película ha salido?) no se puede vivir tranquilo...
Yo: Allí también hay...
Él: (Volviéndome a interrumpir) No es lo mismo, esta ciudad es una mierda... Dan ganas de largarse ya mismo de aquí... (Montándose en su moto) Que tengas suerte...
Yo: Tú también...

Y se largó con su pinta de Ángel del Infierno (sin tatuajes) y me dejó allí plantá con cara de no entender na... Lo que yo te diga... surrealista total...