El Sado que viene...

El otro día estuvimos dando una vuelta por una famosa tienda de deportes... y no sé cómo acabamos en la sección de hípica...

Justo en ese momento, Bim se acordó de que tenía que hacer un par de llamadas (a algún burro (de movistar jajaja) tendría que llamar, porque tú me dirás, acordarse viendo arreos y monturas) y se sentó en un banco (y montó la oficina en dos segundos) Yo, mientras esperaba, me dediqué a lo que se dedica una en las tiendas de deportes: probar balones, ponerse patines, toquetear bicicletas... ya sabéis...Pero como estaba en el pasillo de hípica, no tenía ni idea de lo que eran la mayoría de las cosas (Yo es que tuve una única y mala experiencia con un caballo y desde aquel día me desentendí del mundillo equino) pues a mirar na más... Hasta que llegué a las fustas (coño! Esto sí sé lo que es y pa qué sirve jajajaja) Bimbolla estaba de espaldas y no me vio coger una y acercarme a ella sigilosamente... Hasta que sintió un golpecico allí, donde la espalda pierde su nombre... se volvió rápidamente y me vio allí con esa cara de vaquera sádica y desenfrená (Claro, me vio ella y toda la gente que había en el pasillo jajaja, que afortunadamente no era mucha) que se le abrieron los ojos como platos jaajaj... Cuando me cansé de hacer el gili, me senté a su lado y entonces fue cuando entraron en escena...

No tenía más de cuatro años... Con su vestido repipi (a más no poder), rebequita encima con corte torero y zapatitos de princesita... Corría por el pasillo como si fuera su casa seguida por sus papis que la jaleaban... El padre camisa de marca y pantalón de vestir clásico, la madre con un vestido blanco más repipi que el de la niña (si eso era posible), moreno rayos UVA y maquillaje imposible...

Papi: Carolina, mira las botas... (Y Carolina corría hacia allá)
Mami: Paaapiiii pero si tiene de todo la gorda...
Papi: Lleva cuidado no tires eso... (Y faltó un pelo pa que acabara en el suelo)
Mami: Pero hija!! Lleva cuidado!!! No, no cojas un gorro que ya tienes en casa... (y entonces salía corriendo hacia otro lado)

En un momento dado ha despistado a los padres en el pasillo de al lado y ha venido a nuestro lado a atar y desatar las correas de una silla de montar que había expuesta encima de un potro... Las ataba y las desataba de forma compulsiva... (Qué fijación la niña con las correas)

Mami: Carolina... Deja eso!!! (Y cambiando el tono totalmente) Qué bien que mañana vas a montar ¿eh?... ¿Quién te va a tocar?
Fue la primera y única vez que vi abrir la boca a la niña...
Carolina: (Imaginad la actitud más insolente del mundo) No sé mama!! Lo que diga Inés!!! (Madre mía, si le habla de esa forma con 4 qué será cuando tenga 14...)
Y salió corriendo como una exhalación hacia las fustas... y agarró tres o cuatro de golpe...
Mami: No, Carolina, me niego, más fustas no, no pienso hacer colección de fustas en casa que ya tienes 6... Déjalas ahí... Venga vámonos...

Mientras, a duras penas, le quitaba las fustas de las manos y la arrastraba fuera del pasillo, los ojos de la niña echaban fuego... Qué miedo!!

Y yo me quedé pensando... ¿6 fustas? ¿Ni más ni menos? Esta debe ser la representación del Sado que viene...Y me imagine a la niña azotando a los padres (que previamente habría atado con correas) con las 6 fustas, enfundada en un repipi mini traje de cuero negro... Uffff Me hizo parecer una principiante cuando 5 minutos antes, era yo la que sostenía la fusta en la mano con cara de sádica santa y le daba a Bim un inocente y suave golpecico...